
VENECIA
¿Qué ver en Venecia?
Plaza de San Marcos
Dicen que si estás en la Piazza San Marco, estás en el alma de Venecia. Esta majestuosa plaza no es solo la más famosa de la ciudad: es un escenario donde la historia, el arte y la vida veneciana se funden en una sinfonía de belleza.
Rodeada por monumentos imponentes como la Basílica de San Marcos, el Campanile y el Palacio Ducal, la plaza impresiona desde el primer paso. Aquí, cada detalle cuenta: los mosaicos dorados que brillan con la luz de la tarde, las columnas bizantinas que hablan de épocas imperiales, y el inconfundible sonido de las orquestas que tocan en las terrazas de los históricos cafés como Florian o Quadri.
Durante el día, el bullicio de los viajeros y las palomas crea una atmósfera vibrante. Pero al caer la noche, la plaza se transforma: se vacía poco a poco, y bajo la tenue iluminación, Venecia revela su lado más íntimo y melancólico.
La Piazza San Marco no es solo un lugar que se visita, es un lugar que se vive. Ya sea al amanecer, cuando está casi desierta, o al atardecer, envuelta en tonos dorados, esta plaza siempre regala momentos memorables.

Basílica de San Marcos
La Basílica de San Marcos no es solo el templo más importante de Venecia: es un verdadero símbolo de su poder, su historia y su vínculo con Oriente. Situada en la Piazza San Marco, este imponente edificio es el corazón espiritual y artístico de la ciudad, y uno de los ejemplos más deslumbrantes del arte bizantino en Europa.
Contexto histórico:
La basílica actual fue consagrada en el año 1094, aunque la historia comienza mucho antes. Fue construida para albergar los restos de San Marcos Evangelista, traídos desde Alejandría por comerciantes venecianos en el año 828 (sí, literalmente robados y escondidos en barriles de carne de cerdo para evitar el control musulmán). Desde entonces, San Marcos se convirtió en el patrón de la ciudad y la basílica en su santuario principal.
A lo largo de los siglos, la iglesia fue enriquecida con columnas, mármoles, esculturas y tesoros traídos de Bizancio y otras partes del mundo, testigos del poderío de la República de Venecia.
En su interior se encuentra:
Entrar en la Basílica de San Marcos es como adentrarse en una caja de oro. El interior está cubierto por más de 8.000 m² de mosaicos brillantes, la mayoría en fondo dorado, que relatan escenas bíblicas con un estilo único.
- Los mosaicos de la cúpula de la Ascensión y los del nartex (entrada): verdaderas obras maestras bizantinas.
- La Pala d’Oro: un retablo de oro macizo con más de 1.900 gemas, una joya del arte medieval.
- El Tesoro: colección de objetos preciosos traídos tras el saqueo de Constantinopla (1204).
- Las reliquias de San Marcos, custodiadas en el altar mayor.
- El Museo de San Marcos, desde donde puedes salir al balcón con vistas a la plaza y ver de cerca los caballos de bronce originales.
Además, no olvides mirar hacia arriba: el techo reluce con luz natural, dándole una atmósfera casi celestial.
Horario: Basílica: 09:00-17:15 (última entrada: 16.45) (domingo y solemnidades de precepto a partir de las 14.15 horas) Pala d'Oro. Museo – Loggia dei Cavalli (mismo horario, añadiendo domingo por la mañana, de 9.30 a 14 horas)
Entrada: Basílica: 3 €; gratuita para niños de hasta 6 años. Pala d'Oro: suplemento: 5 €; gratuito para niños de hasta 6 años. Museo – Loggia dei Cavalli suplemento: 7 €; Gratis para niños de hasta 6 año
Dejamos aquí link para acceder a la página con toda la información
Se recuerda que es un lugar religioso, por lo que tiene ciertas normas que hay que cumplir para su acceso, las cuales vienen en el link que hemos facilitado. Además, recordamos que al ser un sitio católico cierra en fechas señaladas, como jueves y viernes santo.

Campanario de San Marcos
Imponente, solitario y majestuoso, el Campanile de San Marcos se alza en el corazón de la plaza como un faro de historia y símbolo eterno de Venecia. Con casi 100 metros de altura, es la estructura más alta de la ciudad y, sin duda, uno de los mejores lugares para disfrutar de una vista panorámica inolvidable.
Contexto histórico:
l campanario actual fue terminado en 1912, pero su historia comienza mucho antes. El primer campanile fue construido en el siglo IX como una torre de vigilancia para el puerto. Con el tiempo se convirtió en campanario de la Basílica de San Marcos, y adoptó su forma definitiva en el siglo XVI.
Durante siglos, el Campanile sirvió para anunciar fiestas, advertir de incendios o mareas altas, y marcar el ritmo de la vida en Venecia. Sin embargo, el 14 de julio de 1902, la torre colapsó por completo. Milagrosamente, no hubo víctimas, y el lema fue claro: “Dov’era e com’era” (“Donde estaba y como estaba”). Así se reconstruyó, piedra a piedra, respetando su aspecto original.
En su interior:
A diferencia de otros campanarios, no se sube por escaleras: hay un cómodo ascensor que te lleva directo hasta la cima. Una vez arriba, se abre ante ti una de las vistas más espectaculares de Italia: la Piazza San Marco, los tejados rojizos de Venecia, las cúpulas doradas de la basílica, la laguna, las islas cercanas… y en los días despejados, hasta los Alpes.
En la parte superior se encuentran las cinco campanas originales, cada una con una función histórica distinta: desde anunciar ejecuciones hasta dar el inicio del trabajo del Senado veneciano.
Consejo:
Visita el campanile al atardecer: la luz dorada sobre la ciudad y la laguna es absolutamente mágica, perfecta para fotos o simplemente para quedarte en silencio y contemplar.
Horario: abre todos los días de 9.30 a 21.15 horas (última entrada: 20.45 horas. En caso de condiciones meteorológicas adversas cierra)
Entrada: 10 €; gratuita para niños de hasta 6 años

Palacio Ducal (Palazzo Ducale)
Situado junto a la Basílica de San Marcos y abierto a la laguna, este palacio gótico es uno de los lugares más fascinantes de la ciudad.
Contexto histórico:
El Palacio Ducal fue durante siglos la residencia del Dux (Doge), el jefe de Estado de la Serenissima, así como la sede del gobierno, la corte de justicia y la prisión. La estructura actual comenzó a construirse en el siglo XIV, sobre los restos de fortalezas anteriores, y fue ampliándose a lo largo de los siglos, integrando estilos bizantino, gótico y renacentista.
Aquí se tomaban decisiones que afectaban al destino del Mediterráneo. Su arquitectura no solo refleja el esplendor veneciano, sino también su espíritu republicano: a diferencia de otros palacios reales europeos, el poder aquí era compartido y controlado por complejos órganos políticos.
En su interior:
Visitar el Palacio Ducal es como caminar por las entrañas del poder de una república milenaria. Entre lo más destacado:
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La Scala d’Oro (Escalera de Oro), una entrada ceremonial ricamente decorada con pan de oro.
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Las Salas del Maggior Consiglio y del Senato, donde se reunían los principales órganos del gobierno.
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Obras de Tintoretto, Veronés y Tiziano, que adornan techos y paredes.
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La Sala del Consejo de los Diez, el temido órgano de control y espionaje político.
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El famoso Puente de los Suspiros, que conecta el palacio con las antiguas prisiones, donde estuvieron encarcelados personajes como Giacomo Casanova.
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Y, por supuesto, las celdas oscuras y estrechas, que ofrecen un contraste brutal con la pompa del resto del edificio.
Horario: Abierto todos los días. Del 1 de abril al 31 de octubre: 9.00 – 19.00 (entrada permitida hasta las 18.00) Del 1 de noviembre al 31 de marzo: 9.00 – 18.00 (entrada permitida hasta las 17.00) Aperturas nocturnas: del 01 de mayo al 30 de septiembre 2025 todos los viernes y sábados Abierto hasta las 23.00 (entrada permitida hasta las 22.00)
Entrada: 30-40 euros dependiendo de la modalidad.
Consejo: Tómate tu tiempo: el Palacio Ducal no es solo para mirar, sino para entender. Cada sala es un capítulo de la historia de Venecia, y cada pintura habla de poder, gloria y también de vigilancia. Y no olvides cruzar el Puente de los Suspiros… pero esta vez desde dentro.
Puedes reservar aquí la entrada.

Puente de los Suspiros
Pocos lugares en Venecia despiertan tanta curiosidad como el Puente de los Suspiros (Ponte dei Sospiri). Suspendido entre el Palacio Ducal y las antiguas prisiones de la ciudad, este pequeño pero célebre puente de piedra blanca no solo destaca por su belleza barroca, sino por las leyendas que envuelven su nombre.
Contexto histórico:
El puente fue construido en 1600 por el arquitecto Antonio Contin, sobrino de Antonio da Ponte (el mismo que diseñó el Puente de Rialto). Su objetivo era puramente funcional: comunicar los tribunales del Palacio Ducal con las nuevas prisiones, cruzando el estrecho canal de la Rio di Palazzo.
El nombre "Puente de los Suspiros" no se debe a ningún romance veneciano, como muchos creen, sino a los suspiros de los prisioneros que cruzaban el puente tras ser condenados, al mirar por última vez el cielo y la laguna antes de desaparecer en las celdas oscuras. Entre ellos, el más famoso fue Giacomo Casanova, que logró fugarse en 1756.
Aunque la historia del puente tiene un fondo sombrío, hoy es también un lugar asociado al amor. La leyenda moderna dice que si una pareja se besa en una góndola justo debajo del puente al atardecer, mientras suenan las campanas de San Marcos, su amor será eterno.

Puente de Rialto
Si hay un lugar que resume el espíritu veneciano de comercio, arte y belleza suspendida sobre el agua, ese es el Puente de Rialto. No solo es el más antiguo de los cuatro que cruzan el Gran Canal, sino también uno de los más visitados y fotografiados de toda la ciudad.
Contexto histórico:
Antes de que existiera un puente de piedra, en este punto ya había una pasarela flotante en el siglo XII que permitía cruzar el canal. Con el crecimiento del mercado de Rialto, el corazón comercial de la ciudad, se construyeron sucesivos puentes de madera… que una y otra vez colapsaban por incendios o exceso de gente.
Finalmente, entre 1588 y 1591, el puente fue reconstruido en piedra por el arquitecto Antonio da Ponte, quien venció en un concurso a nombres como Miguel Ángel y Palladio. Su diseño, con un solo gran arco de 28 metros y dos rampas cubiertas con tiendas a ambos lados, fue una hazaña técnica para su época… y sigue siendo una maravilla hoy en día.
En su interior:
Aunque no se trata de un puente “interior” en el sentido tradicional, sí se puede recorrer por dentro, porque en el centro alberga una galería de tiendas: joyerías, boutiques de souvenirs, arte en vidrio y otras delicias locales. Pasear por el puente es gratuito, y la experiencia es doble: puedes ver escaparates o asomarte por sus pasajes laterales para disfrutar de una de las vistas más icónicas del Gran Canal, con góndolas, vaporettos y palacios reflejados en el agua.
El puente tiene tres pasillos: uno central cubierto con tiendas, y dos laterales descubiertos, ideales para fotos. A pesar del bullicio, siempre se puede encontrar un rincón tranquilo para observar la vida veneciana pasar.

Mercado de Rialto
Si quieres ver la cara más genuina de Venecia, al margen de las góndolas y los palacios, tienes que pasar por el Mercado de Rialto. Situado junto al Gran Canal, justo al lado del famoso Puente de Rialto, este mercado lleva más de 700 años siendo el corazón comercial de la ciudad.
Aquí, entre puestos de pescado fresco, marisco del Adriático, frutas, verduras y especias, late la vida cotidiana de los venecianos. Es el lugar donde los locales hacen la compra, donde los chefs eligen sus ingredientes y donde el bullicio tiene acento italiano y olor a albahaca, mar y tomate.
Visitar el mercado es una experiencia sensorial, ideal para ver cómo se vive Venecia más allá del turismo. Si te gusta la fotografía, la gastronomía o simplemente observar la vida local en acción, el Mercado de Rialto es una parada imprescindible.
Gallerie dell’Accademia
La Galería de la Academia de Venecia es una parada obligatoria para quienes desean sumergirse en el corazón pictórico de la Serenissima. A orillas del Gran Canal, en el tranquilo barrio de Dorsoduro, este museo alberga la mayor colección de pintura veneciana del mundo, desde el siglo XIV hasta el XVIII.
Contexto histórico:
La Gallerie dell’Accademia se fundó en 1750 como parte de la Accademia di Belle Arti di Venezia, con el objetivo de formar artistas y preservar las obras maestras de la ciudad. Fue uno de los primeros museos de Europa abiertos al público, incluso antes del Louvre.
El museo se instaló definitivamente en el antiguo monasterio de Santa Maria della Carità, un complejo monumental que incluye una iglesia gótica, un convento y una escuela laica (la Scuola Grande di Santa Maria della Carità). Esta mezcla de arquitectura religiosa y civil crea un escenario único para las obras de arte que contiene.
En su interior:
La galería recorre la historia del arte veneciano, desde los maestros medievales hasta los grandes del Renacimiento y el Barroco. Entre las obras más destacadas encontrarás:
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La Tempestad de Giorgione, una de las pinturas más misteriosas del arte europeo.
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Obras de Bellini, Tintoretto, Veronés y Tiziano, pilares del Renacimiento veneciano.
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El San Marcos liberando al esclavo de Tintoretto, de un dramatismo escénico impactante.
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El Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci —aunque no siempre está en exposición por razones de conservación.
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Retablos, frescos, dibujos y esculturas que muestran la evolución del gusto y la técnica en Venecia.
Las salas están organizadas cronológicamente y muchas conservan elementos arquitectónicos originales, como techos de madera, capiteles góticos o frescos religiosos.
Horarios y entradas:
Palazzo Grassi & Punta della Dogana
Venecia no solo vive de su pasado glorioso; también mira al futuro a través del arte contemporáneo. Y lo hace de forma espectacular en dos espacios que combinan historia, arquitectura y creatividad: el Palazzo Grassi y Punta della Dogana, ambos gestionados por la colección Pinault, una de las más prestigiosas del mundo.
Contexto histórico:
El Palazzo Grassi, situado en el Gran Canal, fue construido en 1748 por la familia Grassi como una residencia privada. De estilo neoclásico, fue uno de los últimos grandes palacios venecianos antes de la caída de la República. En 2005 fue adquirido por el empresario francés François Pinault, quien encargó su renovación al arquitecto japonés Tadao Ando, convirtiéndolo en un espacio moderno sin perder su elegancia original.
Por su parte, Punta della Dogana ocupa un edificio triangular en la punta de Dorsoduro, donde antiguamente funcionaba la aduana marítima de la República de Venecia (de ahí su nombre: "Dogana" = aduana). También fue rehabilitado por Tadao Ando en 2009, respetando su estructura histórica y dándole una nueva vida como espacio expositivo.
En su interior:
Ambos edificios albergan exposiciones temporales de arte contemporáneo, que cambian regularmente. Las obras provienen principalmente de la colección personal de François Pinault, e incluyen artistas como Damien Hirst, Cindy Sherman, Maurizio Cattelan, Bruce Nauman, Marlene Dumas o Jeff Koons.
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Palazzo Grassi se centra más en muestras individuales o temáticas de gran escala, aprovechando sus elegantes salas y patios interiores.
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Punta della Dogana ofrece una experiencia más minimalista e inmersiva, con un diálogo constante entre el arte contemporáneo y la arquitectura veneciana original.
Ambos espacios ofrecen una mirada potente al arte del presente, en contraste con el entorno histórico que los rodea.
Horario: Abiertos todos los días, excepto los martes, de 10:00 a 19:00. Última entrada a las 18:00
Entradas: General 18€.
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Basílica de Santa Maria della Salute
Dominando la entrada del Gran Canal con su inconfundible cúpula blanca, la Basílica de Santa Maria della Salute es uno de los símbolos más fotogénicos y espirituales de Venecia. Pero más allá de su silueta icónica, esta iglesia encierra una historia profundamente veneciana, marcada por la fe, la peste y el arte.
Contexto histórico:
La historia de Santa Maria della Salute comienza en 1630, cuando una devastadora epidemia de peste diezmó a casi un tercio de la población veneciana. Como voto a la Virgen María para que pusiera fin a la tragedia, el Senado de la República decidió construir un gran templo en su honor. El joven arquitecto Baldassare Longhena fue el encargado del proyecto, y tardó más de 50 años en completarlo.
La iglesia fue consagrada en 1687, y desde entonces cada 21 de noviembre se celebra la Festa della Salute, una de las festividades religiosas más sentidas por los venecianos, en la que miles de personas cruzan un puente flotante hasta la iglesia para rendir homenaje a la Virgen.
Arquitectura:
La planta de la iglesia es octogonal, con una gran cúpula central que se eleva sobre el altar. La arquitectura es de estilo barroco veneciano, grandiosa pero armónica, con una luz natural que entra desde múltiples ángulos y crea una atmósfera casi celestial.
En su interior destacan:
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El altar mayor, coronado por una imagen bizantina de la Virgen de la Salud, a la que se atribuyen propiedades milagrosas.
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Obras de Tiziano, como la Muerte de Abel, David y Goliat o Caín y Abel, que decoran la sacristía.
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Frescos y esculturas de artistas venecianos del siglo XVII.
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La cúpula, visible desde casi cualquier punto del Gran Canal, es tan impresionante por dentro como por fuera.
Además de visitarla por dentro, merece la pena contemplarla desde el otro lado del canal, desde la zona de San Marcos o desde un vaporetto en marcha. La vista de la Salute al atardecer es simplemente inolvidable.
Horario:
Horario de apertura de la Basílica
(1 de abril - 31 de octubre):
9.00-12.00/15.00-17.30
Horario de apertura de la Sacristía para la visita (1 de abril - 31 de octubre)
Lunes y Martes CERRADO
Miércoles - Viernes:
10.00-12.30/14.00-15.30/16.40-17.30
Sábado:
10.00-12.30/14.00-17.30
Domingo:
10.00-10.30/14.00-17.30
Entradas: Iglesia: gratis. Sacristía: 6€. Cúpula: 8€. Pack Cúpula+Sacristía: 13€.
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San Giorgio Maggiore
Justo enfrente de la Plaza de San Marcos, al otro lado del Gran Canal, se alza la imponente silueta blanca de la Basílica de San Giorgio Maggiore. Situada en una pequeña isla del mismo nombre, esta iglesia es uno de los lugares más especiales de Venecia, tanto por su valor artístico como por la tranquilidad que ofrece frente al bullicio del centro histórico.
Contexto histórico:
La isla de San Giorgio fue un importante centro monástico desde la Edad Media. A finales del siglo XVI, el monasterio benedictino encomendó la construcción de una nueva iglesia al arquitecto Andrea Palladio, una de las figuras clave del Renacimiento. Palladio diseñó un templo que combinara armonía clásica, proporción y monumentalidad, y logró una de sus obras maestras.
La iglesia fue consagrada en 1610, poco después de la muerte de su autor. Desde entonces, San Giorgio Maggiore ha sido símbolo de elegancia arquitectónica y centro espiritual de la orden benedictina.
En su interior:
El interior es amplio, luminoso y sereno, siguiendo los ideales renacentistas. Sus líneas limpias, la luz natural y el mármol blanco crean una atmósfera de recogimiento y belleza.
Entre las obras más destacadas:
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Dos magníficos lienzos de Tintoretto: La Última Cena y La recolección del maná, ubicados en el refectorio del monasterio, accesible durante la visita.
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El altar mayor y las capillas laterales, decoradas con esculturas y detalles clásicos.
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El coro de madera tallada, reservado a los monjes benedictinos, uno de los más refinados de su época.
Uno de los grandes atractivos es el campanile (campanario) de la basílica. Aunque es menos famoso que el de San Marcos, ofrece una vista panorámica aún más impresionante: desde lo alto se pueden ver las cúpulas de la ciudad, la laguna, las islas y todo el frente monumental de San Marcos… y, además, sin las multitudes.
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Tiene ascensor, así que no hay que subir escaleras: perfecto para cualquier viajero.
Horario: La Basílica está abierta todos los días de 09:00 a 19:00. Campanille: puede variar
Entradas: Iglesia: gratis. Campanille: 6€. pero puede variar
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San Giorgio Maggiore
Situada en el tranquilo sestiere de San Polo, cerca de la Scuola Grande di San Rocco y el Mercado de Rialto, la Basílica dei Frari es una de las iglesias más grandes e impactantes de Venecia. Su fachada exterior, humilde y austera como dicta la tradición franciscana, poco anticipa el tesoro artístico que guarda en su interior
Contexto histórico:
El emplazamiento original acoge un templo desde el siglo XIII, donado a los franciscanos por el dux Jacopo Tiepolo en 1250. Sin embargo, la basílica actual comenzó a construirse a mediados del siglo XIV y no se consagró hasta 1492, tras más de un siglo de obra. Su imponente campanario, de 83 metros, es el segundo más alto de Venecia, solo superado por el de San Marcos.
Arquitectura e interior:
Al entrar, te recibe una nave gótica amplia de tres naves y arcos ojivales sostenidos por doce pilares, símbolo de los doce apóstoles. El verdadero corazón de la iglesia es el coro de los frailes, tallado en madera en 1468 y todavía en su posición original: el único ejemplo similar que perdura en Venecia
Entre los tesoros artísticos destacan:
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La Asunción de la Virgen (Assunta) de Tiziano (1516‑1518), colosal y dramática, domina el ábside central.
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La Pala Pesaro, también de Tiziano, en la capilla lateral, con vívidos colores y dinamismo renacentista.
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El Tríptico de Giovanni Bellini (1488), en la capilla Pesaro, una obra sumamente delicada y solemne.
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La impresionante escultura en madera de San Juan Bautista, única obra conocida de Donatello en Venecia.
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Monumentos funerarios de importancia histórica: Antonio Canova, con su sarcófago de forma piramidal, el mausoleo de Tiziano, y tumbas de dogos y artistas como Monteverdi, Tron o Foscari.
Complejo de la Catedral:
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Battistero di San Giovanni in Fonte (siglo XII), con útil pileta octogonal en mármol y relieves románicos
- Plaza del Duomo
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Chiesa di Sant’Elena y las excavaciones paleocristianas con mosaicos visibles desde el claustro
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Chiostro Canonicale (1140), puro románico, columnas dobles y restos de mosaicos
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Biblioteca Capitolare, la más antigua del mundo en funcionamiento continuo, con manuscritos valiosísimos de la Antigüedad y la Iglesia
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Museo Canonicale, con objetos arqueológicos y arte desde el siglo XII al XIX
Horario: Dejamos el horario pinchando en ellink ya que varía según la temporada
Entradas: Entrada general 5€
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San Zaccaria
A tan solo unos pasos del bullicio de la Plaza de San Marcos, escondida entre callejuelas tranquilas, se encuentra San Zaccaria, una de las iglesias más bellas y menos conocidas de Venecia. Con su elegante fachada renacentista y su aire sereno, esta iglesia es una parada obligatoria para quienes quieren descubrir la Venecia más íntima y artística.
Contexto histórico:
San Zaccaria fue uno de los templos más importantes de la ciudad durante siglos. Fundada en el siglo IX para custodiar las reliquias de Zacarías, padre de San Juan Bautista (donadas por el emperador bizantino León V), la iglesia estuvo históricamente ligada a un prestigioso convento benedictino femenino, formado por mujeres de la nobleza veneciana.
La iglesia actual es el resultado de varias fases constructivas. Su fachada combina estilos gótico y renacentista: fue iniciada por Antonio Gambello en 1458 y finalizada por Mauro Codussi, uno de los grandes arquitectos del Renacimiento veneciano. Este contraste de estilos le da una personalidad muy especial.
En su interior:
El interior de San Zaccaria es luminoso, armonioso y lleno de detalles que te invitan a detenerte. Su nave alta, las columnas clásicas y la decoración sobria crean una atmósfera de recogimiento.
Entre lo más destacado:
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"La Virgen con el Niño y los santos" de Giovanni Bellini (1505), un retablo que es pura delicadeza, color y serenidad. Es una de las joyas del arte renacentista veneciano.
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Las tumbas de varios dogos venecianos, testimonio del prestigio de esta iglesia en la vida política de la ciudad.
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La cripta subterránea, una de las partes más fascinantes: semisumergida por el agua de la laguna, con columnas y bóvedas que crean una atmósfera única, casi mágica. Allí se conservan los restos de las primeras versiones de la iglesia y de algunas abadesas del convento.
Horario: Todos los días de 10:00-18:00
Entradas: Entrada a la iglesia Gratuita, a la Cripta 3.50€, hay que tener en cuenta que la cripta puede estar inundada, en ese caso no se puede acceder.
San Giovanni e Paolo
En pleno corazón del sestiere de Castello, en una plaza amplia y luminosa donde se respira historia a cada paso, se alza imponente la Basílica de San Giovanni e Paolo (San Zanipolo, en dialecto veneciano). Esta iglesia, de proporciones colosales y estilo gótico, no solo es una obra maestra arquitectónica, sino también un auténtico panteón de los dogos venecianos.
Contexto histórico:
La construcción de San Giovanni e Paolo comenzó en el siglo XIII y se prolongó durante casi dos siglos, finalizándose en 1430. Fue erigida por la orden de los dominicos en el lugar donde, según la leyenda, el Dux Jacopo Tiepolo tuvo una visión en la que unos ángeles le pedían construir un templo dedicado a los santos Juan y Pablo.
Desde el siglo XV, la iglesia se convirtió en el lugar oficial de enterramiento de los dogos de la República de Venecia, lo que explica su tamaño monumental y su riqueza artística.
En su interior:
El interior es majestuoso: amplias naves, bóvedas altísimas, luz natural filtrada y un ambiente solemne que impone respeto. San Giovanni e Paolo alberga una de las mayores colecciones de monumentos funerarios de la ciudad.
Entre los elementos más destacados:
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Tumbas de 25 dogos venecianos, muchas de ellas auténticas obras de arte del Renacimiento y el Barroco. Algunas son enormes monumentos con esculturas, columnas y alegorías clásicas.
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Obras de arte de artistas como Giovanni Bellini, Veronese o Lorenzo Lotto, integradas en capillas y altares laterales.
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La Capilla del Rosario, reconstruida tras un incendio en 1867, alberga pinturas devocionales y un aire más íntimo.
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La iglesia también contiene relicarios, frescos y detalles góticos originales, así como el altar mayor con un imponente retablo.
Horario: Lunes a sábado de 09:00-18:00, domingo 12:00-18:00
Entradas: 3.50€
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San Pietro di Castello
Lejos del bullicio de San Marcos, en el extremo oriental de la ciudad, se encuentra uno de los secretos mejor guardados de Venecia: San Pietro di Castello. Esta iglesia, majestuosa y silenciosa, fue la sede del patriarcado veneciano durante siglos y, de hecho, ostentó el título de catedral de la ciudad hasta 1807, cuando San Marcos asumió ese rol.
Ubicada en una isla unida por puentes al sestiere de Castello, visitar San Pietro es viajar al pasado de la Serenissima y sumergirse en una Venecia más espiritual y auténtica.
Contexto histórico:
La iglesia actual se levantó sobre restos de templos anteriores. Ya en el siglo VII existía en este lugar un oratorio cristiano. La estructura fue renovada en el siglo XVI por orden del patriarca Lorenzo Priuli, y los trabajos fueron dirigidos en parte por el célebre arquitecto Andrea Palladio, quien diseñó la elegante fachada blanca de inspiración clásica.
San Pietro fue la catedral oficial de Venecia hasta el siglo XIX, aunque siempre estuvo a la sombra de la Basílica de San Marcos, que pertenecía al Estado y no al Patriarcado. El cambio definitivo se dio en 1807, bajo Napoleón.
En su interior:
Aunque más sobria que otras iglesias venecianas, San Pietro di Castello tiene un encanto monumental y melancólico. Su interior es amplio y luminoso, de tres naves separadas por columnas corintias.
Entre lo más interesante:
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La tumba del patriarca San Lorenzo Giustiniani, primer patriarca de Venecia.
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El altar mayor, con un dosel de mármol impresionante y detalles clásicos.
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Una curiosidad: el llamado "trono de San Pedro", una silla de mármol que según la tradición fue usada por el apóstol en Antioquía, aunque investigaciones modernas la vinculan a una antigua lápida islámica reutilizada.
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Varias pinturas y esculturas renacentistas adornan capillas laterales y la sacristía.
Horario: lunes a sábado, 10:30–13:30, 14:30–17:00. domingo cerrado
Entradas: Nos falta esta información
Santa María Formosa
En uno de los rincones más encantadores de Venecia, rodeada por un campo lleno de vida y con vistas a varios canales, se encuentra la Parroquia de Santa María Formosa. Esta iglesia no solo destaca por su arquitectura elegante y su atmósfera tranquila, sino también por su rica historia, su colección artística y una leyenda curiosa que le da nombre.
Contexto histórico:
Santa María Formosa fue una de las ocho iglesias fundadas según la tradición por San Magno, obispo de Oderzo, en el siglo VII. Cuenta la leyenda que la Virgen se le apareció bajo el aspecto de una "donna formosa" (una mujer hermosa) y le indicó el lugar exacto donde debía construir el templo.
La iglesia actual fue reconstruida en estilo renacentista en 1492 por el célebre arquitecto Mauro Codussi, uno de los grandes renovadores de la arquitectura veneciana. Lo más curioso es que tiene dos fachadas distintas: una hacia el campo Santa Maria Formosa (barroca) y otra más clásica hacia el canal, lo que le da un carácter singular.
En su interior:
El interior de Santa María Formosa guarda auténticas joyas del arte veneciano, en un ambiente sereno y luminoso.
Entre lo más destacado:
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"La Virgen con el Niño y santos" de Palma el Viejo, un retablo central de gran belleza y delicadeza.
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Obras de Bartolomeo Vivarini y Giovanni Segala, que decoran las capillas laterales.
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El cenotafio del comandante Vincenzo Cappello, un monumento funerario majestuoso que recuerda la importancia política de esta parroquia.
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La planta es de cruz griega, lo que le da una sensación de equilibrio y apertura poco habitual en otras iglesias venecianas.
Horario: Todos los días10:30–13:30 y 14:30–17:00
Entradas: Nos falta esta información

Iglesia de la Piedad
En el animado paseo que conecta San Marcos con el barrio de Castello, justo frente al Gran Canal, se encuentra una iglesia sencilla en apariencia, pero cargada de historia y simbolismo: la Iglesia de la Piedad (Santa Maria della Visitazione). Si te gusta la música clásica, este templo tiene un valor especial: Antonio Vivaldi trabajó aquí durante décadas, componiendo muchas de sus obras más famosas.
Contexto histórico:
La iglesia fue construida entre 1745 y 1760, sobre una estructura anterior, como parte del complejo del Ospedale della Pietà, un orfanato femenino fundado en el siglo XIV. Las niñas huérfanas recibían una educación muy cuidada, especialmente en música, y muchas se convertían en instrumentistas y cantantes de gran nivel.
Entre los siglos XVII y XVIII, la institución alcanzó renombre internacional gracias a su coro. Su director más célebre fue Antonio Vivaldi, quien trabajó como maestro de violín y compositor entre 1703 y 1740. Muchas de sus piezas fueron escritas para las “figlie di coro”, jóvenes prodigiosas que interpretaban música litúrgica en celebraciones religiosas… ¡ocultas tras celosías para preservar su anonimato!
En su interior:
El interior de la iglesia, de estilo tardo-barroco, es sobrio pero elegante. Conserva una atmósfera recogida y melancólica que evoca su pasado musical. Y es que en esta iglesia se puede acudir a ver conciertos.
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En el altar mayor destaca una gran pintura de Giambattista Tiepolo, "La Visitación de María a Isabel" (1757), obra de gran fuerza escénica.
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También hay frescos y detalles decorativos de la época, aunque buena parte del mobiliario original se ha perdido.
Dejamos aquí la página para más información y poder acceder a las entradas de los conciertos.
Parroquia de Santa Elena Imperatriz
Perdida al final de la ciudad, más allá de los Giardini della Biennale, se encuentra la Chiesa di Sant’Elena Imperatrice, un templo de estilo gótico que guarda una historia milenaria, reliquias veneradas y un ambiente casi desconocido por la mayoría de visitantes
Contexto histórico:
El primer oratorio dedicado a Santa Elena se construyó en 1028 por monjes agustinos en la isla Sant’Elena, inicialmente separada del centro de Venecia
En 1211, tras el saqueo de Constantinopla, el monje Aicardo llevó a la ciudad lo que se creía eran las reliquias de la emperatriz Helena (madre del emperador Constantino)
La iglesia fue reconstruida en 1439 por los benedictinos olivetanos y consagrada en 1515, convirtiéndose en un centro espiritual y sede de ceremonias como la simbólica "Sposalizio con el Mar" durante la Festa della Sensa
En 1810 fue desconsagrada durante la dominación napoleónica, las reliquias se llevaron a la Basílica de San Pietro di Castello y el portal renacentista fue movido a Sant’Aponal. Reabierta en 1928 bajo los Servi di Maria, luego gestionada por los Salesianos en 2016, recobró su culto y restauró el campanile original
Arquitectura e interior:
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El edificio presenta una planta de cruz latina, una nave mononavata con bóveda a cañón, un presbiterio sobre-elevado, seis capillas laterales y una cúpula octogonal con linterna sobre el crucero, rodeada por pilares cruciformes
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El púlpito de mármol es una decoración barroca de 1741, obra de Pietro Pozzo, con motivos florales y esculturas que representan a Santa Elena
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El interior actual está más sobrio, con buena parte de su antiguo patrimonio artístico trasladado a la Accademia; apenas conserva algunos objetos litúrgicos y el túnica reliquiario de Santa Elena en una urna bajo una pequeña capilla lateral
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Junto a la iglesia se encuentra el antiguo cloister conventual, con jardines, huerto y pozo del siglo XVIII, hoy recuperado como espacio cultural y social
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Iglesia de San Moisés
A escasos pasos de la Plaza de San Marcos, en un rincón rebosante de historia y arquitectura, se encuentra la Chiesa di San Moisè. Aunque pequeña, es célebre por su fachada espectacular y su interior cargado de arte; un ejemplo audaz del barroco veneciano que sorprende a todos sus visitantes.
Contexto histórico:
San Moisè tiene raíces muy antiguas: se construyó por primera vez entre los siglos VIII y IX, de la mano del noble Moisè Venier, quien reconstruyó la iglesia tras un incendio A lo largo de los siglos sufrió varias transformaciones, pero la versión que vemos hoy fue completada en 1668, con una fachada diseñada por Alessandro Tremignon y esculpida por Heinrich Meyring, patrocinada por la poderosa familia Fini
La fachada ha generado admiración y controversia: algunos críticos de la época la llamaron un “pastel decorado” o incluso una “follia arquitectónica”, mientras otros la ven como una obra maestra barroca que refleja el poder y la ambición de sus promotores
Arquitectura e interior:
Aunque modesta en tamaño, el interior no decepciona: una única nave con decoración barroca vibrante y varios tesoros artísticos:
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El altar mayor, una escultura dramática que representa a Moisés recibiendo las tablas de la Ley en el Monte Sinaí. Obra de Tremignon y Meyring, es el centro visual de la iglesia
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Detrás, un lienzo de Michelangelo Morlaiter que añade una nota pictórica cálida y narrativa a la escena
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En las capillas laterales destacan pinturas como La Lavanda de los pies de Tintoretto, y La Última Cena de Palma il Giovane
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También se exhibe un relieve en bronce de la Deposition de 1636, obra de los hermanos Roccatagliata, y el sepulcro del financiero escocés John Law, creador de la Compañía del Mississippi, enterrado aquí tras retirarse a Venecia
Horario: Todos los días de 9:30–18:30
Entradas: Gratuita
¿Qué hacer en Venecia?
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Perderse sin mapa: el mejor plan en Venecia
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Visita la librería Aqua Alta
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Ver un atardecer desde la Punta della Dogana o el puente de la Accademia
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Visitar un taller de máscaras o cristal en Murano
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Comer cicchetti en bacari tradicionales (te dejamos la Guía de dónde comerlo en nuestra Guía Práctica de Venecia)
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Disfrutar del Carnaval (si vas en febrero)
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Ir a la Bienal de Arte (en años pares) o de Arquitectura (impares)
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Ver una ópera en La Fenice o un concierto de música barroca
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